Paloma y Hector

Organizar una boda es como el trabajo fin de carrera, pero trabajando y teniendo la vida medianamente solucionada para poder vivir juntos. 

Los invitados debéis sentiros bien orgullosos de participar en dichas celebraciones y ser generosos con semejante despliegue de preparativos, especialmente pensados para que os divirtáis, comáis bien y disfrutéis de una fiesta inolvidable, que suele ser el deseo de los novios.

Paloma era una novia tranquila y desde el primer momento en que hablé con ella sabía bien lo que quería. De manera que todo resultó bastante fácil y fluido. 

Creo que la elección de su traje era perfecta por que encajaba bastante bien con su personalidad, sus zapatos geniales, hasta la suela me gustaba y su ramo le daba una nota de color sin quitarle protagonismo. 

Hector la seguía con su mirada constantemente, orgulloso y satisfecho de lo que había. Qué envidia de la buena! porque ver estas cosas es realmente un disfrute.

Todo, espacio, novios y complementos estaban muy bien casados, cosa que no siempre ocurre y es difícil de conseguir.

Las bodas de día se han convertido en mis preferidas, aunque creo que al final se alargan más que las de tarde. Hizo un día precioso, muy luminoso y la celebración duro hasta bastante tarde, el ambiente  del  final muy divertido.

Espero que disfrutéis como he disfrutado yo viendo cosas que me apetecía recordar.