Mi regalo preferido

Algo que hago habitualmente es guardar momentos de mis hijos.  Si lo valoro como para ofrecerlo a los demás, es claramente por que lo valoro muchísimo para mí.

Y dado que la cultura visual que tenemos hoy día es mucho mayor que hace unos años, me di cuenta que para mis hijos era también un regalo y una forma de poder presumir socialmente.

Las buenas fotos van sumando valor con el paso de los años y ocurre como con la historia, o  con el arte, el paso del tiempo va haciendo su propia selección. Mucha gente sigue pensando que los momentos que hay que guardar con un profesional son los de la comunión, el bautizo o sólo cuando ocurre algo especial.

A mí, de mi carpeta personal, los que más me gustan son los naturales, las sonrisas y las peleas de hermanos, o con su padre, los ratos en los que disfrutan con amigos, las excursiones que hacemos en familia, los juegos….Los niños son muy naturales, sonríen y les gusta posar y a veces con sólo guardar sonrisas, miradas inocentes, o esas poses en las que se sienten muy mayores, o muy fuertes… esas son las que a mí me gustan, con las que sonrío cuando las veo y con las que disfruto.


Os dejo un ratito de mis dos hijos pequeños antes de irse a jugar.


Así me gustan Julián con su despiste, su visión de que la vida es un juego permanente y Victor ya medio adolescente, unas veces muy mayor y otras un niño todavía.